Bretaña, ubicada en el noroeste de Francia, es un verdadero paraíso para los ornitólogos, con una amplia diversidad de aves migratorias y aves marinas que hacen de esta región un destino privilegiado para la observación de aves. Su costa accidentada, las reservas naturales y las diversas bahías ofrecen una gran variedad de hábitats que atraen a aves de todo el mundo.
Uno de los lugares más destacados es la bahía de Saint-Brieuc, donde, en invierno, se pueden encontrar hasta 40 000 aves de 112 especies diferentes. La mayoría son aves migratorias que hacen escala aquí durante sus viajes hacia el sur o se quedan a pasar el invierno. Entre las especies más comunes en esta época se encuentran el ostrero euroasiático, aves paseriformes como la alondra común, el bisbita alpino y el pardillo común. Estas aves pueden ser observadas en las marismas y zonas intermareales de la bahía, donde se alimentan y descansan.
En las zonas de marea alta, las puntas de Guettes y de Grouin son ideales para observar aves pelágicas. Desde estos puntos, se pueden ver aves marinas como el alcatraz y el frailecillo, que planean por el aire, y otras especies de aves marinas como los estercoráridos. Por el agua, es común encontrar especies como el negrón común, la serreta mediana y el alca común. Estas aves marinas son fascinantes para los ornitólogos, ya que suelen ser difíciles de ver en otros lugares, y Bretaña ofrece una de las mejores oportunidades para observarlas.
El espectáculo ornitológico en Bretaña es permanente, con una variedad impresionante de especies que se pueden ver tanto en la costa como en las zonas más interiores de la región. Las aves migratorias que pasan por el área, los vuelos de las aves marinas y los bailes de las pequeñas aves zancudas hacen de Bretaña un destino obligado para los amantes de la naturaleza y la observación de aves.
Reserva natural de Sept-Îles
El alcatraz tiene su reino: el archipiélago de Sept-Îles, en el departamento de Côtes-d’Armor, el único sitio de anidación en Francia de esta elegante ave con precioso plumaje blanco. Al lado, los simpáticos frailecillos atlánticos, igual de emblemáticos, pero más difíciles de observar. Lo ideal para verlos es acercarse en barco desde Perros-Guirec. ¡Sube a bordo del Ar Jentilez y descubre estas especies protegidas! En la costa, el granito de Castel Erek sirve de refugio para el ostrero euroasiático y otras aves zancudas. Más al oeste, los grandes cormoranes negros y los charranes ártico ocupan los islotes de la bahía de Morlaix, otro lugar ineludible de la costa norte de Bretaña.
Las marismas de Brière
Las Marismas de Brière, situadas en el Parque Natural Regional de Brière en Bretaña, son un refugio único para la observación de aves, especialmente para los ornitólogos que buscan una gran diversidad de especies. Esta vasta área de humedales es conocida por su biodiversidad y su papel crucial como hábitat para numerosas aves migratorias y residentes.
Uno de los habitantes más emblemáticos de las marismas es la cigüeña blanca, fácilmente reconocible por su plumaje blanco, las puntas negras en las alas, y sus patas y pico rojos. Estas cigüeñas se posan con frecuencia en los postes eléctricos, donde anidan, y ofrecen una vista panorámica impresionante de los prados inundados que constituyen su hábitat natural. La cigüeña blanca es solo una de las muchas especies que encuentran en Brière un entorno ideal para la reproducción.
A lo largo del año, el Parque alberga especies como el pechiazul, el fumarel común, la buscarla unicolor, la espátula común y el avetoro común, que se reproducen en los humedales de la región. Estos ecosistemas ofrecen un ambiente perfecto para aves acuáticas y de paso, lo que convierte a las Marismas de Brière en un destino esencial para los amantes de la ornitología.
El parque cuenta con ocho senderos balizados, diseñados para permitir a los visitantes explorar la riqueza ornitológica del lugar. Estos senderos están perfectamente señalizados y ofrecen diversas rutas para acercarse a los puntos clave de observación de aves sin perturbar el entorno natural. El mejor momento para observar la fauna en este entorno es al amanecer o al anochecer, cuando las aves son más activas y se pueden ver en su máximo esplendor. Estos momentos también permiten disfrutar de la tranquilidad del lugar y la belleza de los paisajes, haciendo de la visita una experiencia inolvidable.
Llas Marismas de Brière son un verdadero tesoro para los observadores de aves, donde especies como la cigüeña blanca, el pechiazul y la espátula común son solo algunas de las maravillas que se pueden encontrar. La zona ofrece una rica biodiversidad, especialmente durante la temporada de reproducción, y los senderos balizados facilitan el acceso a los mejores puntos de observación.
El cabo Sizun
El Cabo Sizun, ubicado en la costa de Bretaña, es un lugar destacado para la observación de aves debido a su diversidad ornitológica y a la belleza de su paisaje natural. La reserva del Cabo Sizun ofrece una variedad de hábitats que incluyen páramos, praderas marinas y acantilados de granito, que albergan a varias especies raras y únicas, muchas de las cuales viven en el área durante todo el año.
Entre las especies que se pueden observar en este entorno natural se encuentran el cuervo grande, la chova piquirroja y el halcón peregrino, todas ellas residentes en la región. Estas aves, de plumaje llamativo y comportamientos fascinantes, pueden ser vistas en los acantilados y praderas cercanas al mar, proporcionando una experiencia única para los ornitólogos. Además, cada primavera, los acantilados de granito del Cabo Sizun se convierten en un importante lugar de anidación para varias aves marinas, como la gaviota tridáctila, el arao común, el fulmar boreal, el cormorán moñudo, la gaviota argéntea y la gaviota sombría.
Durante la temporada de cría, los visitantes tienen la oportunidad de observar a estas especies en su proceso de empolle y crianza de los polluelos. Para acercarse a los nidos sin perturbar a las aves, se recomienda moverse con tranquilidad y sin hacer ruido, lo que permite disfrutar del espectáculo de manera respetuosa. El Cabo Sizun ofrece un sendero balizado que facilita el acceso a los puntos de observación, permitiendo a los visitantes disfrutar de la fauna sin interferir en su hábitat.
El Cabo Sizun es un paraíso ornitológico en Bretaña, especialmente durante la temporada de cría, cuando las aves marinas anidan en los acantilados de granito. Aves raras como el cuervo grande y el halcón peregrino, junto con otras especies marinas, hacen de este lugar un destino esencial para los observadores de aves.
La bahía de Saint-Brieuc
Cada invierno, la bahía de Saint-Brieuc se convierte en un refugio masivo para las aves migratorias, que se reúnen en este santuario natural, creando un espectáculo único. En total, hasta 40 000 aves de 112 especies diferentes se agrupan en este entorno costero, una verdadera maravilla para los observadores de aves. La mayoría de estas aves son migratorias, que hacen una parada en la bahía para pasar el invierno o simplemente para reponer fuerzas durante su largo viaje migratorio. Además de las migrantes, también se encuentran aves residentes y habituales de la zona, como el ostrero euroasiático y diversas especies de aves paseriformes como la alondra común, el bisbita alpino y el pardillo común, que añaden su presencia constante a la biodiversidad local.
El paisaje de la bahía y sus marismas son ideales para el refugio de estas especies, que aprovechan las aguas ricas en nutrientes y las vastas áreas de humedales. Durante la marea alta, los puntos de observación más populares, como las puntas de Guettes y de Grouin, se convierten en lugares perfectos para observar las aves pelágicas. En el aire, se pueden ver majestuosos vuelos de especies como el alcatraz, el frailecillo y varios estercoráridos, aves marinas que surcan el cielo sobre el mar. En el agua, la bahía alberga a aves como el negrón común, la serreta mediana y el alca común, que nadan tranquilamente, buscando alimento en las aguas frías del invierno.
La afluencia masiva de aves en la bahía transforma este lugar en uno de los destinos más importantes para la observación de aves en Bretaña, donde se puede disfrutar de una increíble variedad de especies en pleno invierno, haciendo de la bahía de Saint-Brieuc un paraíso ornitológico.
Las marismas de Séné
Las Marismas de Séné, ubicadas en el golfo de Morbihan, son un enclave natural extraordinario que se extiende a lo largo de 530 hectáreas de marismas, estanques salados, antiguas salinas y humedales. Este ecosistema único ofrece una gran riqueza ornitológica y es un lugar privilegiado para la observación de aves marinas. A lo largo del año, se han registrado hasta 200 especies de aves en esta área, lo que la convierte en un destino esencial para los amantes de la naturaleza y la ornitología.
Entre las especies que se pueden encontrar en las Marismas de Séné, destacan aves como la cigüeñuela común, la avoceta común y el pechiazul, que anidan regularmente en estos humedales. Estas especies aprovechan las condiciones ideales de la zona, donde las aguas poco profundas y las praderas salinas ofrecen un hábitat perfecto para la cría y la alimentación. Además, las espátulas comunes, los correlimos zarapitines y los andarríos bastardos son aves migratorias que hacen una parada en las marismas durante sus rutas migratorias, contribuyendo a la riqueza de la fauna local.
Cada estación del año ofrece su propio espectáculo de vida silvestre en las Marismas de Séné. En primavera y verano, los nidos y los polluelos de las aves migratorias y residentes añaden dinamismo al paisaje. Durante el otoño y el invierno, las marismas se llenan de aves migratorias que descansan y se alimentan antes de continuar su viaje hacia el sur. Cada temporada ofrece una nueva oportunidad para descubrir diferentes especies y comportamientos, haciendo de este sitio un lugar de observación constante.
En resumen, las Marismas de Séné son un refugio vital para las aves marinas y migratorias, ofreciendo una diversidad impresionante de especies que se pueden observar en cada estación del año. Desde las aves residentes que anidan en los humedales hasta las migratorias que pasan por la zona, las Marismas de Séné son un lugar imprescindible para los ornitólogos y amantes de la naturaleza.
Ouessant
La isla de Ouessant, situada en el extremo occidental de Francia, es un lugar único para la observación de aves migratorias. Durante ciertos días de octubre y abril, los visitantes pueden disfrutar de un verdadero espectáculo ornitológico. Si te sientas tranquilamente sobre una roca, con los prismáticos enfocados hacia el océano, podrás observar especies fascinantes como los alcatraces, las alcas y los araos comunes, que surcan los cielos y las aguas alrededor de la isla. Estos días, el aire se llena con el vuelo de estas aves marinas migratorias que hacen de Ouessant un lugar clave durante su paso.
Además de ser un punto de escala para muchas aves migratorias, Ouessant también es el hogar de numerosas aves marinas residentes. Entre ellas se encuentran algunas parejas de fulmar boreal, que anidan en los acantilados de la isla. Las costas de Ouessant son ideales para estas aves, que encuentran en las rocas y las aguas ricas en nutrientes el refugio perfecto. En los acantilados costeros, además del fulmar boreal, anidan otras especies, como el chochín común, que es un ave pequeña y activa, y la exótica buscarla pintoja, conocida por su canto melódico.
Las orillas de la isla, con sus praderas y zonas rocosas, son especialmente atractivas para las chovas piquirrojas, que encuentran en estos hábitats su despensa favorita, buscando alimento entre las rocas y el mar. En las noches brumosas, un espectáculo adicional se presenta en el faro de Créac’h, donde se puede ver el revuelo de aves paseriformes al caer la noche, creando una atmósfera mágica y única.
Ouessant es, por tanto, un destino privilegiado tanto para la observación de aves migratorias durante su paso por la isla como para descubrir a las aves marinas residentes, haciendo de este lugar un paraíso ornitológico en las costas bretonas.